A la música la llamáis “Maldita” por vivir para ella, pero ¿Os da tanto como vosotrosa ella?
Cuando decimos que es maldita es porque es bastante complicado desprenderse de ella, pero generalmente nos da mucho más del perjuicio que nos causa. Los músicos no podemos vivir sin ella, lo que pasa que nos da muchos quebraderos de cabeza. Pero ¡Bendita sea!
Quebraderos de cabeza os daría la etapa en la que Universal no apostó mucho por vosotros. ¿En algún momento perdisteis la esperanza?
En aquel momento fue muy complicado pero no sólo fuimos nosotros. En general esa compañía no trabajaba bien el producto nacional y se desprendió de muchísimos grupos. No miramos esa etapa con rencor sino todo lo contrario, una etapa en la que aprendimos muchísimo y que nos colocó en el lugar que ocupamos ahora.
Empezáis ahora una nueva aventura con Sony. ¿Qué se van a encontrar en él? ¿Alguna canción a la que tengáis especial cariño y que aconsejéis especialmente?
Es un disco homenaje, no nos gusta llamarle recopilatorio porque sólo tenemos dos discos más este. Era importante la selección de canciones que ofrecíamos, así que tanto los temas nuevos como los anteriores de Cuarto creciente pensamos que era lo que nuestro público quería escuchar.
Ahora, cuando enciendes la radio y escucháis vuestro nuevo single (Cosas que suenan a…) o veis que está situado en el número 10 de Los 40 Principales, ¿Qué se os pasa por la cabeza?
Este single nos ha sorprendido porque ha disparado el consumo de la música del grupo tanto en youtube, spotify… en todos los frentes. Lo que sentimos es mucha satisfacción porque si la gente está aceptándola de esta manera es que la energía de la canción les está llegando; con lo cuál nos sentimos muy tranquilos, muy felices de haber conseguido lo que nos propusimos al hacerla.
En esa exposición al público, ¿qué es lo mejor y lo peor? Porque aunque veas al público contento, debe haber un momento en el que estés cansado y otro momento en el que digas, por esto merece la pena. ¿Cuáles son esos momentos?
A lo mejor hay algún día que no te apetece y lo tienes que hacer, pero cuando sales y ves que hay 2.000, 4.000, 50 o 100 personas cantando tus canciones se te olvida todo. Cuando una persona se aprende una canción es que lleva horas con ellas. Y si las canta todas es que lleva semanas o meses escuchándote; entonces en ese momento no piensas en lo negativo.
¿Cómo es Maldita Nerea en los escenarios? ¿Qué pasa si veis al público que no está enchufado, qué le ofrecéis?
Cuando una canción de Maldita no se canta, va fuera del repertorio; nuestro objetivo es que se cante. Por eso es difícil que la gente se vaya a la barra a pedir, es siempre gente nueva y que está expectante desde el principio hasta el final y eso es una suerte porque no todos los proyectos pueden decirlo.
¿Cuál es vuestro sueño?
Podemos decir que ya somos felices. Tenemos lo que siempre hemos querido y nos gustaría que la gente no cambiara. Al fin y al cabo es un trabajo más y cuando bajas del escenario eres uno más. Nuestro sueño es que la gente pensara de igual manera que nosotros, que el que está en el escenario es igual que tú y que cuando baja hay que tratarlo exactamente igual. Ese es el deseo que pediríamos si tuvieramos a Aladino por aquí cerca.
Informacón de las comidas
Hace 14 años
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